Este video es parte de una serie de 12 mapas animados.

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Un ejemplo de un mapa animado

El imperio portugués (siglos XVI - XVII)


A comienzos del siglo XVI, Portugal construyó el imperio comercial y marítimo más extenso jamás conocido gracias a la superioridad adquirida en el campo de la navegación. Este imperio iba desde América del Sur hasta el Extremo Oriente pasando por las costas de África y de la India. 

Este imperio está constituido, además de Brasil, por islas y “feitorías” o puestos comerciales obtenidos bien sea por la fuerza, particularmente en el océano Índico, o con el consentimiento de las autoridades locales, tal como Macao, concedido por los chinos en 1557.

Los puestos comerciales situados a lo largo de la costa occidental de África dependen directamente del gobierno de Lisboa.  Más allá del Cabo empieza el “Estado da India”, bajo la autoridad de un virrey residente en Goa.

Estos puestos comerciales, frecuentemente fortificados, sirven de escala a los buques portugueses además de ser centros de compra y acopio de mercancías.

Gracias a esta red, los portugueses se adueñan de una gran parte del comercio de especias hacia Europa, anteriormente dominado por Venecia desde Alejandría o Damasco.

Asimismo, logran sustituirse a los intermediarios árabes en los intercambios entre África, la India y el golfo Pérsico.

Para preservar este monopolio comercial, dos armadas surcan permanentemente el océano Índico.

Este imperio alcanza su apogeo entre 1525 y 1550. Posteriormente, Portugal, un pequeño país con apenas un millón de habitantes, no puede mantener su superioridad naval y empieza a perder terreno ante la codicia creciente de ingleses y holandeses.

Además, durante la Unión ibérica entre las coronas de Portugal y España de 1580 a 1640, Madrid se niega a proteger las posesiones portuguesas.

A finales del siglo XVI Brasil se convierte en la pieza central del imperio portugués. La primera riqueza de exportación es la madera que da una tintura de color rojo, llamada brasilina. Muy pronto, esta actividad se ve superada por el cultivo de la caña de azúcar a lo largo de la costa, y luego por la ganadería a medida que los colonos se adentran en el territorio.

Esta puesta en valor del Brasil requiere la trata de esclavos para garantizar la mano de obra necesaria a las grandes plantaciones azucareras, lo cual les da un nuevo auge a los puestos comerciales portugueses en las costas de África.