Austria-Hungría

El Imperio austriaco está constituido por un mosaico de pueblos: germanos en el oeste; eslavos, es decir checos,  eslovacos y polacos en el norte; eslovenos, croatas y serbios en el sur: húngaros en el centro; rumanos en el este, e italianos en el extremo suroeste.

Tras los levantamientos de la Primavera de los Pueblos, Viena ha impulsado una política autoritaria y centralista ; pero después de la derrota de Sadowa contra Prusia, el Imperio, muy disminuido, deberá pactar en el asunto de las nacionalidades.

El Compromiso de 1867 instaura un sistema original con una doble monarquía y un solo soberano, emperador en Viena y rey en Budapest. Con la incorporación de Transilvania, Eslovaquia y una parte de Croacia, Hungría toma el nombre de Transleitania, y Cisleitania el resto del Imperio.

Cada territorio tiene su propio parlamento o Dieta, pero comparten las relaciones exteriores, el ejército y las finanzas.  

El Compromiso de 1867 no salda el asunto de las nacionalidades en el Imperio. En Cisleitania, los checos reivindican una autonomía como la que se les reconoce a los húngaros. En Transleitania, los croatas se resisten a la política de « magiarización » impulsada por Budapest, mientras que los rumanos tornan su mirada hacia Rumania que acaba de ganar su autonomía ante el Imperio otomano.