En el transcurso de los siglos XII y XIII, Serbia logra emanciparse del dominio de los búlgaros y de los emperadores de Constantinopla. El reino serbio alcanza su apogeo a mediados del siglo XIV, bajo el reinado de Esteban Uros IV Dusan, e incluye en ese momento Macedonia y parte de Grecia.
En la misma época, los otomanos ponen un pie en Europa y van sometiendo paulatinamente el reino serbio que entretanto se ha fraccionado en múltiples principados.
Empero, la dominación otomana jamás es aceptada y, en los primeros años del siglo XIX, estallan varias insurrecciones nacionalistas. La de 1815 permite a Serbia obtener el estatuto de principado vasallo.Finalmente, bajo la presión de las potencias europeas, los turcos reconocen la autonomía serbia en 1830.
