La unificación alemana

El Congreso de Viena de 1815 fundó la Confederación Germánica. Pero esta construcción política, sin poder real, no corresponde a las aspiraciones de los patriotas alemanes, quienes buscan realizar la unidad de la nación.

Compiten, de hecho, dos proyectos de unificación: el de la Gran Alemania que abarca a Austria y sería dominada por ella, y el de la Pequeña Alemania que se formaría, sin Austria, en torno a Prusia.

En el aspecto económico, Prusia mantiene en Alemania una política voluntarista de unión aduanera : la Zollverein.

En 1828, el ducado de Hesse-Darmstadt se une a Prusia, seguido poco después por Baviera y Wurtemberg.  A comienzos de 1834, la Zollverein reúne la mayor parte de Alemania central y meridional.

Poco a poco, los últimos estados alemanes se incorporan a la Unión Aduanera, hasta la adhesión de los dos ducados de Mecklemburgo en 1867.

Esta ampliación de la Zollverein corresponde, en los hechos, a la creación de una Pequeña Alemania económica. Bismarck, canciller de Prusia, se dedica ahora a realizar la Pequeña Alemania política.

La unificación política implica excluir a Austria. El asunto de los ducados sirve de pretexto a Bismarck para provocar el conflicto, y Prusia derrota al ejército austriaco en la batalla de Sadowa el 3 de julio de 1866.

La Paz de Praga corona esta victoria prusiana. La disolución de la Confederación Germánica excluye de hecho a Austria de los asuntos alemanes, y Prusia, más los estados situados al norte del río Meno, conforman la Confederación de Alemania del Norte.

Bismarck concluye la unificación alemana tras otra guerra contra Francia, en 1870. La victoria de Prusia conlleva la adhesión de los últimos estados alemanes y el 18 de enero de 1871, en la galería de los espejos del Castillo de Versalles, Guillermo I es coronado « emperador alemán ».

Con el Tratado de Fráncfort, firmado en el mes de mayo, Francia debe ceder Alsacia y el norte de la Lorena, territorios imperiales de ahora en adelante.