Nacido en Caracas el 24 de julio de 1783 en el seno de una rica familia criolla, Simón Bolívar y Palacios tuvo una infancia marcada por la muerte de su padre, en 1786, y de su madre, en 1792.
A los 16 años, durante su primer viaje a Europa, conoció a la joven aristócrata María Teresa Rodríguez del Toro, con quien se casó en 1802 en Madrid. Pero tras ocho meses de matrimonio, su esposa murió en Caracas de fiebre amarilla.
En 1803, Bolívar volvió a Europa para iniciar un largo viaje que lo llevó a ciudades como París o Roma, donde en agosto de 1805 realizó un solemne juramento a favor de la independencia de Hispanoamérica.
Pero no fue hasta 1808, con la ocupación francesa de España y la progresiva desintegración del orden colonial en América, cuando Bolívar, ya de regreso a Venezuela, se lanzaría de forma definitiva a la causa revolucionaria. En 1810, la Junta Suprema de Caracas lo envió a Londres como representante diplomático, luego dio apoyo a la declaración de independencia de las provincias venezolanas el 5 de julio de 1811 e inició una larga carrera como militar, bajo las órdenes del general Francisco de Miranda, que lo enfrentaría en numerosas ocasiones a las fuerzas realistas.
Tras el fracaso de la Primera República en julio de 1812 y la ruptura con Miranda por su capitulación ante las tropas españolas, Bolívar emprendió el camino del exilio hacia Curazao. Al año siguiente inició la llamada “campaña admirable”, que lo llevó desde Cúcuta, en Nueva Granada, a Caracas, donde entró triunfalmente el 6 de agosto de 1813, y que le valió el título de “Libertador”. Pero las contraofensivas realistas volvieron a llevar a Bolívar al exilio, a Kingston, donde en septiembre de 1815 redactó la “Carta de Jamaica”, con el objetivo de lograr el apoyo del Reino Unido a los movimientos independentistas en Hispanoamérica.
Finalmente, tras una nueva ofensiva militar contra los realistas en las provincias orientales venezolanas a partir de 1817, el proyecto unitarista de Bolívar se hizo realidad en 1819, cuando en Angostura (hoy Ciudad Bolívar) un Supremo Congreso de la República unificó Venezuela y Nueva Granada para crear la República de Colombia, a la que, entre 1821 y 1822, se le sumaron el Istmo de Panamá, Quito y Guayaquil.
Su trayectoria como “Libertador” prosiguió con la petición de ayuda de los independentistas peruanos. Tras las batallas de Junín y Ayacucho, en 1824, Bolívar expulsó definitivamente a las tropas españolas de la región, con la ayuda de otros jefes militares. Al año siguiente, se independizó también el Alto Perú, que acabaría transformándose en la República de Bolivia, en homenaje a Bolívar como “protector” del nuevo Estado.
Sin embargo, sus últimos años estuvieron marcados por el autoritarismo. En 1824, el Congreso de la República del Perú lo había nombrado Dictador. En 1828, él mismo se proclamó también dictador de la Gran Colombia y fue víctima de un intento de asesinato. En 1830, acuciado por la oposición y las luchas internas, renunció a cualquier cargo público e institucional. Bolívar murió el 17 de diciembre de 1830 en la población caribeña de Santa Marta, y con su muerte desapareció también la Gran Colombia.