Este video es parte de una serie de 12 mapas animados.

Consultar serie: Los imperios portugués y español

Suscribir
Un ejemplo de un mapa animado

La conquista del imperio inca


A principios del siglo XVI el imperio Inca abarcaba la cordillera de los Andes sobre una longitud de casi 4.000 km, desde el ecuador hasta el centro del actual territorio chileno. Las altas planicies del imperio estaban cruzadas por una vasta red de caminos, instrumento de circulación y de poder, que permitía comunicar a Cuzco, la capital, con las numerosas ciudades y aldeas tales como Quito, Tumbes, Cajamarca o Chucuito

A la llegada de los españoles, este imperio se encuentra debilitado por una lucha de sucesión que ha provocado una guerra civil.

Atraído por la promesa de inmensas riquezas, de las cuales había oído hablar durante su primera  expedición en 1527, el conquistador Francisco Pizarro obtuvo de Carlos V, rey de España, el título de capitán general de todas las tierras que descubriese.

Pizarro sale de Panamá en 1531, a la cabeza de una pequeña banda de sicarios, y llega al sur de la actual Colombia. En septiembre de 1532, el conquistador español parte hacia la ciudad de Cajamarca y allí le propone una entrevista al emperador Atahualpa. Esta entrevista no es más que una celada, y el Inca es hecho prisionero.

A pesar de la entrega de una gran cantidad de oro ofrecida como rescate, Atahualpa es ejecutado por los hombres de Pizarro.

Los españoles prosiguen su marcha hacia el sur y, para atravesar los Andes centrales en dirección de Cuzco, reciben ayuda de tribus indígenas hostiles a los Incas. La ciudad cae el 15 de noviembre de 1533 y es totalmente saqueada.

Pizarro desecha la idea de establecer su capital en Cuzco y se instala en Lima, una nueva ciudad que funda en el litoral, lo cual facilita las relaciones con el resto de las posesiones españolas.

La caída del imperio no logra eliminar la resistencia Inca, facilitada, durante un tiempo, por las disputas entre Pizarro y sus lugartenientes acerca del reparto del botín. Un foco de resistencia permanece activo en la cordillera de Vilcabamba hasta la captura de Túpac Amaru, el último Inca, en 1572.

La conquista del Perú tuvo consecuencias dramáticas para la población indígena. Víctima del maltrato y de varias epidemias de viruela, tifus y gripe, la población se redujo en un 90%.