Este video es parte de una serie de 12 mapas animados.

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Un ejemplo de un mapa animado

Sevilla y el monopolio comercial transatlántico


Durante los primeros años del siglo XVI, la corona española organiza el monopolio del comercio transatlántico con sus colonias.

El puerto de Sevilla, a 90 km tierra adentro sobre el río Guadalquivir, centraliza todo el comercio con América. Por otra parte, la ciudad es sede de la Casa de Contratación que controla todos los aspectos del comercio marítimo entre España y su imperio.

En las costas del Nuevo Mundo sólo algunos puertos están autorizados a participar en el comercio transatlántico:

- En las Antillas, Santo Domingo y La Habana son los puertos de arribo y salida de los barcos españoles que atraviesan el Atlántico.

- En el virreinato del Perú, los puertos designados son Cartagena de Indias y Nombre de Dios, reemplazado más tarde por Portobelo. En estos últimos se embarca la plata proveniente del Perú, metal que antiguamente era transportado por barco de Lima a Panamá y luego, a lomo de mula, a través del istmo, hasta la costa Caribe.

- En el virreinato de Nueva España, Veracruz es el puerto que concentra el comercio entre México y Sevilla. La ciudad recibe además las mercancías chinas provenientes de Manila. Estas últimas, habiendo atravesado el océano Pacífico, son desembarcadas en Acapulco y transportadas por tierra hasta el golfo de México antes de emprender el viaje hacia España.

Este tráfico transatlántico tiene una muy fuerte expansión durante el siglo XVI, y representa un enriquecimiento considerable para España.

- Al llegar a Sevilla, los navíos están cargados con productos agrícolas, cueros o plantas colorantes. Sin embargo, la plata, y en menor grado, el oro de las minas de México y Perú, constituyen los cargamentos de mayor valor.

- Al salir hacia el Nuevo Mundo, los navíos van llenos de productos manufacturados provenientes de toda Europa.

A partir de 1610, el intercambio entre España y sus colonias se estanca y luego disminuye, mientras que Sevilla es reemplazada poco a poco por el puerto de Cádiz, situado directamente sobre la costa.

La inflexibilidad del monopolio promueve todo tipo de fraude y contrabando. Progresivamente franceses, ingleses y holandeses comercian directamente con los territorios españoles del Nuevo Mundo, desde Europa  o desde sus posesiones en las Antillas.