Las ofensivas de 1914

Conforme al plan Schlieffen, los ejércitos alemanes desatan su ofensiva al oeste y el grueso de sus tropas entra a Bélgica directamente por la frontera alemana o vía Luxemburgo.

El ejército belga carece del empuje necesario para detener su avance, pero intenta frenarlo apoyándose en las plazas fuertes de Lieja o Namur.

El ala derecha alemana que progresa hacia el oeste cuenta con 68 divisiones.  Su potencia  ha sido ampliamente subestimada por el Estado Mayor francés, y las fuerzas franco-británicas que les hacen frente son rápidamente avasalladas. La llamada “batalla de las fronteras » alcanza su paroxismo el 22 de agosto. En 24 horas las pérdidas en las filas francesas alcanzan ya 30.000 muertos.

La retirada resulta inevitable. Aunque sea limitada en el este, los 4° y 5° ejércitos franceses y la Fuerza Expedicionaria Británica abandonan un vasto territorio entre Verdún y París.

No obstante, el repliegue se hace en forma ordenada y una contraofensiva, a partir del 5 de septiembre, trastoca el avance de las tropas alemanas que han alcanzado el río Marne y parecen acariciar la victoria. Obligadas a retroceder, las fuerzas alemanas se repliegan hacia el norte del río Aisne donde cavan una vasta red de trincheras.

Esta consolidación del frente conduce a los beligerantes a tratar de rebasarse por el único sector todavía abierto: el noroeste de Francia. Lo que se llamó la “carrera al mar” concluye en el mes de noviembre de 1914. De aquí en adelante la guerra se estanca, las tropas se entierran en subterráneos y trincheras que van del mar del Norte a la frontera suiza. 

En el frente del este, el ejército ruso interviene mucho más rápido de lo que prevé el Estado Mayor alemán e irrumpe en Prusia oriental el 20 de agosto.

Tras la victoria alemana de Tannenberg se ven repelidas con la misma celeridad, pero toman su revancha más al sur, frente al ejército austrohúngaro.

Las tropas rusas salen victoriosas en Lemberg, actual Leópolis, y ocupan la altiplanicie de Galitzia hasta los Cárpatos.