El plan alemán y el plan francés

La creación de la Triple Entente, compuesta por Rusia, Francia e Inglaterra, expone a Alemania a un delicado problema militar pues, en caso de conflicto, ésta podría ser atacada simultáneamente por Rusia, al este, y Francia al oeste.

Pero, desde 1905, el Estado Mayor alemán comandado por el general Von Schlieffen, ha elaborado un plan  para derrotar a Francia antes de que Rusia termine de movilizar a sus tropas.

Schlieffen considera que Rusia necesita 6 semanas para agrupar sus ejércitos. Pero a pesar de la superioridad numérica del ejército alemán, ese lapso de tiempo es corto para perforar el sistema de fortificaciones « Séré de Rivières » desplegado en la frontera de la Lorena tras la guerra de 1870.

Así, pese a su neutralidad, Schlieffen proyecta pasar por Bélgica. El ala derecha alemana, que debe ser lo más poderosa posible, cruzará la frontera francesa por la región de Lille girando enseguida hacia el sur, pasando al oeste de París a manera de una guadaña gigante, para cercar las fuerzas francesas acantonadas en Lorena.

Después de esta apabullante victoria, Alemania volverá sus ejércitos contra Rusia.

Sin embargo, cuando estalla la guerra, la potencia del ala derecha inicialmente prevista por Schlieffen ha sido recortada para reforzar los efectivos alemanes en Alsacia y en el frente ruso. 

Por su parte, el Estado Mayor francés considera igualmente que el combate debe darse en Bélgica, pero el aliado británico se opone a esta violación de la neutralidad belga.

El plan XVII, elaborado meses antes del estallido de la conflagración, prevé lanzar la ofensiva en la parte central del frente: al este del río Mosela y entre Verdún y Metz. Para disponer de los efectivos necesarios para implementar esta estrategia ofensiva, la duración del servicio militar se extiende a 3 años.

Pero al inicio de la guerra, los efectivos suplementarios previstos no están todos listos para ser desplegados.