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La difusión del cristianismo entre los siglos IIyIV


Ya hay testimonios de la presencia de comunidades cristianas a finales del siglo I, en Roma, la capital del imperio, y en las provincias orientales, sobre todo en Asia Menor y Siria.

Durante los siguientes tres siglos, el cristianismo se difunde considerablemente en el interior del imperio romano, principalmente en las zonas urbanas. Tres centros juegan un papel mayor en la progresión de la nueva religión: Roma, Alejandría y Cartago. 

En África del Norte, la fecha de creación de las primeras comunidades sigue siendo desconocida. Encontramos testimonios de la presencia de cristianos en Cartago en el año 180 gracias al relato de una condena a muerte de un grupo de ellos.

En el año 256, un concilio en Cartago reunió a 87 obispos, prueba del dinamismo del cristianismo en esta región.

En la península ibérica, las primeras comunidades cristianas se organizaron, probablemente, en las ciudades del sur. La verdadera difusión del cristianismo solo tuvo lugar a partir de la segunda mitad del siglo III.

En Galia, la comunidad cristiana más importante se encontraba en Lyon, ciudad cuyo obispo era Ireneo. La difusión se produjo a partir del siglo III, sobre todo a lo largo de los valles del Ródano, del Sena y del Rin. Sin embargo, el cristianismo siguió siendo minoritario en Galia, especialmente en el campo.

La presencia de cristianos está probada en Bretaña —la actual Gran Bretaña— hacia el año 250, pero en cantidad muy limitada.

En el año 380, mediante el edicto de Tesalónica, el cristianismo se convirtió en la religión oficial —y la única lícita— del Imperio romano, lo que se traduce en la fuerte implantación de la Iglesia en varias regiones. Sin embargo, pocas son las fuentes disponibles que permiten evaluar, con precisión, la parte de la población cristianizada en este fin de siglo IV. Por otro lado, el paganismo siguió bastante vivo en el Imperio, principalmente en el campo.

Durante estos primeros siglos, también se establecieron cristiandades periféricas más allá de las fronteras del Imperio romano, reflejando así el ansia de universalidad de la Iglesia.

La difusión más antigua y más importante es la de Persia.

También se atestiguan comunidades cristianas en el Kuwait y Catar actuales, a partir del año 225; en la cuenca del Indio hacia el 296, y en Socotra y Kerala, poco después del 300.

A partir de los años 330, el imperio etíope Aksumita fue evangelizado desde Egipto.

Hacia el año 314, Armenia es el primer estado en proclamarse oficialmente cristiano, tras la conversión del rey Tiridiates IV.

En la región del Danubio, el cristianismo se difundió entre los en forma de arrianismo. Las primeras conversiones comenzaron hacia mediados del siglo IV y fueron masivas en los últimos años del siglo después del establecimiento de los godos en el interior de las fronteras del imperio.