Este video es parte de una serie de 16 mapas animados.

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Un ejemplo de un mapa animado

El viaje de Vasco de Gama 1497-1498


En 1497 el Rey Manuel I de Portugal designa a Vasco da Gama como comandante de la primera expedición marítima hacia las Indias.

La ruta había sido abierta por Bartolomeu Dias, quien  diez años antes había cruzado el Cabo de Buena Esperanza.

Desde entonces, gracias a Pêro da Covilhã, Lisboa había recibido informes de primera mano sobre las condiciones de navegación en el océano Índico.

La flota, que consta de cuatro navíos, zarpa de Lisboa el 8 de julio con rumbo a las islas de Cabo Verde.

De allí se enfila rumbo al oeste para buscar los vientos favorables del Atlántico sur, antes de hacer escala en la bahía de Santa Elena sobre la costa africana.

A mediados de noviembre cruza el Cabo de Buena Esperanza, tras luchar varios días contra vientos y corrientes.

Los marinos portugueses fondean durante un mes en las costas de Natal, donde retoman fuerzas y reparan los navíos, para luego remontar la costa oriental del África. Los primeros contactos con los sultanes locales son difíciles dada la presencia de mercaderes musulmanes que temen perder su monopolio comercial. 

El contacto en Malindi es mucho más amistoso y permite a Vasco da Gama contratar un piloto que lo conduzca a la India. Este piloto conoce perfectamente las condiciones de navegación en el océano Índico y los portugueses hacen la travesía en tan solo 23 días.

Durante los 3 meses de estadía en la India, las relaciones entre Vasco da Gama y el soberano de Calicut se caracterizan por un gran recelo, que limita los intercambios comerciales.

En el viaje de vuelta, los portugueses pasan frente a Mogadiscio y Zanzíbar.

Sólo la mitad de los 150 tripulantes que emprendieron la expedición regresa a Lisboa, tras un periplo de un poco más de dos años.

La proeza de Vasco da Gama es la culminación de casi un siglo de esfuerzos lusitanos por descubrir una vía marítima entre Europa y las Indias.

En el plano diplomático, la misión de Vasco da Gama ante los soberanos orientales es  un fracaso. Los portugueses han comprobado que su presencia en el comercio marítimo del océano Índico, controlado por los mercaderes musulmanes, no es bienvenida.